Con ella se desnudó Paz Vega en el cine en “Lucía y el sexo” con el
contagio de "Yo marco el minuto", su gran hit. Sus letras han sido musa
para mujeres rebeldes, contestarias y también objeto de censura cuando
en “Tu niña” describió, en forma de torbellino, todas las imágenes que
guardaba en su cabeza mientras camino a la escuela veía vendiendo droga
en las calles. Mala Rodríguez no es rapera -si es que puede llamársele
así- de la noche a la mañana, y mucho menos por casualidad.
A María Rodríguez la bautizaron como La Mala Rodríguez, y en el 2000
cuando lanzó su primer disco, “Lujo ibérico”, la gente no sólo se
preguntó quién era esa sevillana, sino también quién era semejante
portento de artista que desafiaba y rompía con todos los moldes urbanos
que en España se conocían hasta ese momento.
Con su disco debut, La Mala se convirtió en la primera artista de rap
español en ser firmada por una disquera internacional, pero también la
que más pronto se conoció en América. Empezó una especie de fascinación
por saber más de esa jovencita que rapeaba con un deje sevillano. No
por gusto son las colaboraciones con Tego Calderón, Calle 13, Julieta
Venegas, Nelly Furtado, Antonio Carmona y otros.
Su segundo álbum "Alevosía" (2003) captó el interés en el extranjero,
pero "Malamarismo" (2007) la convirtió en una sensación y allí
comenzaron a llover los premios. Su último disco "Dirty Bailarina"
(2010) ganó un Grammy Latino en el 2011 y el video clip, junto a Nelly
Furtado, del tema "Bajo otra luz" batió el récord del video más visto a
nivel internacional con 2,7 millones de visitas en la primera semana.
A La Mala no le interesa abarrotar conciertos, a ella la onda que le
motiva es mirar a los ojos. Le da lo mismo cantar ante 10 personas que
ante 15 mil. Con HuffPost Voces habló de qué la sigue
apasionando, de por qué siente una enorme gratitud por el cine, del
orgullo que siente por su madre peluquera, quien la crió sin tener el
apoyo de un padre, y de por qué sigue siendo fiel a ser una mujer de
extremos, capaz de reconocer matices, especialmente después que nació su
hijo.
Mala Rodríguez inició este 28 de junio una gira por Estados Unidos
que la llevará a ciudades como Miami, Houston, Los Angeles, San Diego,
Las Vegas, Phoenix y Nueva York.
La Mala y el cine
"Había una tanda por la noche que se llamaba “Sesión golfa” y entonces a
las 12 de la noche habían películas muy interesantes y a mí me gustaba
mucho, el hecho que los directores me hayan dado la oportunidad de
formar parte de sus películas ha sido muy grande. La manera que tengo de
escribir y de rapear describe, pinta y hace unos motivos, que son
especiales para ellos. Mi música describe unas atmósferas que a ellos
les interesa, en algunas de sus secuencias funcionaban muy bien. Mis
canciones se pueden casar con sus películas".
Sin género…pero muy hip hop
"Soy una artista y para una artista no existen las definiciones más alla
de su propio sentido estilístico, todos estamos buscándonos a nosotros
mismos. Hay canciones que pueden sonar en la radio y se consideran pop y
hay canciones que no pueden sonar en la radio y se consideran underground o
no sé como definirlo. Para mí la herramienta que me dio el hip hop fue
muy grande, de ahí canalicé toda mi historia. Hoy vivo la sensación de
que puedo hacer lo que me dé la gana. Si canto una cumbia la canto y la
hago a mi manera, todo pasando por mi creencia. Que cada cada uno lo
defina como quiera, yo le doy la libertad".
Enamorada y no a medias tintas
"Yo siempre estoy enamorada. Si no estoy enamorada estoy triste. Si
hablo del amor hablo del amor por todo. Si tú eres capaz de comprender
ese amor eres capaz de todo y yo quiero ser capaz de todo. A mí me gusta
estar enamorada y sentir eso fuerte. Esa es una manera de sentir la que
un artista tiene que tener 100 por ciento. No medias tintas, aunque
ahora aprendo a disfrutar de los grises y que son atractivos por igual".
La Mala y su madre
"Yo he tenido la suerte de tener una mamá muy fuerte, muy trabajadora,
muy amorosa y eso no tiene comparación con nada. Siempre le estaré
agradecida de haberme traido a este mundo, por creer siempre en mí. Sé
que hay mucha gente que vive esta situación y que no tienen un papá,
muchas chicas igual que yo, muchas veces tenemos que crecer con estas
cosas. A veces parecen problemas, pero luego son maestros. Todas las
dificultades, los obstáculos son para que desarrolles habilidades".
No hay psiquiatra que valga
"Yo no me he sentido nunca muy ninfómana, la verdad. Hay muchas
definiciones de que cuando el padre falta ocurran estas cosas y sí hay
un abanico muy extenso. Pero no pienso en eso, de lo contrario ya
estaría en un psiquiatra, y creo que no hay que ir al psiquiatra. Lo
mejor es hacer alfarería, apuntarse a un curso de cerámica, hacer algo
con las manos, tal vez ebanistería, sacar lo que tienes, hablar, dar
masajes, los psiquiatras no me gustan nada, sólo hacen volverte más
loco".
FUENTE: http://voces.huffingtonpost.com
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